Rotura de la placa plantar - síndrome predislocación
Síndrome de predislocación-Rotura de la placa plantar
El síndrome de predislocación es un proceso inflamatorio, agudo, subagudo o crónico, que afecta a las articulaciones metatarsofalángicas menores y con frecuencia es no reconocido o mal diagnosticado.
Esta enfermedad es el resultado del fallo de la placa plantar y de los ligamentos colaterales, asociados a patrones anormales de carga del antepié. El progreso de estas alteraciones lleva a la ruptura de la placa plantar que condiciona una inestabilidad crónica de las articulaciones metatarsofalángicas que conduce a una subluxación y luxación de las mismas.
Las roturas de la placa plantar pueden ser la causa más común de dolor debajo de las articulaciones metatarsofalángicas menores, especialmente de la segunda articulación metatarsofalángica.
Otros nombres con los que se reconoce:
- síndrome de predislocación,
- deformidad del dedo cruzado
- síndrome del dedo del pie flotante.
- dislocación crónica de la articulación de los metatarsianos menores.
- síndrome de inestabilidad de la articulación metatarsofalángica menor.
- luxación/subluxación de la articulación metatarsofalángica del segundo dedo.
- inestabilidad de la segunda articulación metatarsofalángica.
- Sinovitis traumática mono articular de la segunda articulación metatarsofalángica
¿Qué es la placa plantar?
En la parte inferior de cada
articulación de los dedos (excluyendo el dedo gordo del pie), hay
una estructura entre la base de la primera falange del dedo y el
metatarsiano. Esta estructura se llama placa plantar. Se trata de un
espesamiento fibrocartilaginoso plantar de la cápsula articular.
Esta estructura mantiene el dedo del pie en la articulación y evita
la hiperextensión y que se salga fuera del rango normal de
movimiento.
En el ciclo de la marcha los
dedos de los pies se doblan en la base de la articulación del dedo,
justo antes de la fase de despegue del pie. La placa plantar
sostiene el dedo del pie en su lugar y mantiene el dedo en
extensión. No hay musculatura asociada con este ligamento.
La placa plantar sirve para:
- estabilizar la
articulación metatarsofalángica. La placa plantar junto a la
cápsula fibrosa y los ligamentos colaterales son los principales
estabilizadores de los metatarsianos.
- ayudar en el mecanismo
de molinete debido a su apego a la fascia plantar. Los
metatarsianos actúan como poleas en torno al cual se tensa la
fascia para que el arco longitudinal medial del pie se pueda
levantar sin esfuerzo muscular. El mecanismo se conoce
comúnmente como una "molinete"
- resistir la
hiperextensión de la articulación metatarsofalángica
- absorber cargas de
compresión.
Anatomía de la placa
plantar y sus anexos en la articulación metatarsofalángica
menor.
La placa plantar está
compuesta por fibrocartílago que es una mezcla de fibras de colágeno
y cartílago duro. Los tipos de células de la placa incluyen
condorcitos y fibroblastos. La orientación de las fibras sugiere que
resiste las cargas de tracción en línea con la fascia plantar, así
como las cargas de compresión de la cabeza del metatarsiano. Gracias
a la presencia de los ligamentos colaterales también puede resistir
la flexión hacia los lados. La placa plantar constituye la inserción
distal más importante de la fascia plantar. Se observan importantes
inserciones de la placa plantar en la falange proximal, en las
bandas longitudinales mayores de la fascia plantar y en los
ligamentos colaterales. La placa y los ligamentos colaterales forman
una envoltura de tejido blando conectado a los lados de la cabeza
del metatarsiano. Debido a estos anexos adjuntos y una estrecha
asociación con los tendones flexores de los dedos menores del pie,
la placa puede ser comparada con el mecanismo sesamoideo de la
primera articulación de MP.
Causas del síndrome de
predislocación
La rotura de la placa plantar
puede ser causada por:
- sobrecarga repetida
- una lesión específica
del dedo del pie y/o la articulación
- Por un patrón del
antepié que provoca anormalidades biomecánicas y desequilibrios
que supone cargas anormales de uno de los metatarsianos; como el
hallux valgus, pronación excesiva, primer metatarsiano corto y
segundo metatarsiano largo, metatarso aducto sin tratar
- anormalidades
biomecánicas y desequilibrios en el pie que causan una
sobrecarga de uno de los metatarsianos
- artrosis del dedo gordo
- inyecciones repetidas de
cortisona en la zona
Estas circunstancias antes
mencionadas pueden crear un exceso de presión en la zona. Con el
tiempo el ligamento puede estirarse demasiado o romperse, lo que
provoca dolor. La falta de un tratamiento adecuado puede resultar en
una deformidad de la articulación que provoca una luxación o
subluxación de la metatarsofalángica. El desgarro generalmente
aparece en la base de la falange proximal.
La condición típicamente
implica el segundo dedo del pie y, a menudo se diagnostica
erróneamente como un neuroma.
La luxación grave de la placa
plantar puede resultar en un dedo en martillo. En los casos leves,
el ligamento puede sanar por sí solo.
Patomecánica
El síndrome de predislocación
se produce como consecuencia de una insuficiencia de la placa
plantar y de los ligamentos colaterales los cuales estabilizan las
articulación metatarsofalángica. Esta insuficiencia es debida a patrones anormales de carga en
el antepié, que si no se tratan conllevan a una ruptura dla placa
plantar y como consecuencia a una inestabilidad crónica de la
articulación metatarsofalángica.
Desde el punto de vista
biomecánico la placa plantar constituye una parte integrante del
windlass invertido. Anatómicamente, la placa plantar es el vínculo
entre la fascia y la falange proximal; el apoyo plantar del pie
tensa la fascia y produce flexión plantar de los dedos; cualquier
rotura de la placa interfiere en el correcto funcionamiento del
windlass invertido y disminuye la flexión plantar de los dedos
durante el apoyo plantar, lo cual contribuye a la dislocación
progresiva de la articulación metatarsofalángica.
El factor desencadenante más
importante para la subluxación idiopática de los dedos menores del
pie es la inflamación progresiva de la articulación
metatarsofalángica, que con el tiempo, provoca un debilitamiento y
ruptura de la placa y ligamentos colaterales plantares. Así,
cualquier deformidad estructural o biomecánica que aumenta las
fuerzas de carga en la parte anterior del pie y provoquen la
inflamación de la placa plantar, puede predisponer a un
debilitamiento progresivo de las estructuras periarticulares,
resultando en una inestabilidad articular.
Los factores más importantes
que pueden aumentar o modificar la distribución de las fuerzas de
carga del antepié son los siguientes:
- Un segundo metatarsiano
alargado o un primer metatarsiano corto.
- El Hallux valgus abducto.
- La desviación lateral
del dedo gordo puede causar en el segundo dedo desviación
multiplanar de este dedo que se traduce en el desplome
retrógrado de la segunda metatarsofalángicacuando cuando soporta peso.
- El uso de zapatos de
tacón alto provoca hiperextensión de la articulación
metatarsofalángica, y de calzado con suela muy fina, lo que
ocasiona un aumento de impacto en la zona metatarsal.
- La hipermovilidad
biomecánica también puede predisponer a un paciente a patrones
alterados en la carga del antepié. La pronación excesiva
alterará el eje de inserción del tendón peroneo largo de tal
manera que pierde su capacidad para estabilizar el primer rayo
durante la fase de apoyo del antepié en la marcha. En
consecuencia, el metatarso elevatus primus resultante de
cualquiera disfunción biomecánica o deformidad estructural puede
provocar la transferencia de carga excesiva en la articulación o
articulaciones metatarsofalángicas menores adyacentes. Del mismo
modo, la insuficiencia de primer rayo causada por síndromes de
hiperlaxitud articular generalizadas, como el síndrome de Ehlers-Danlos
o el síndrome de Marfan, puede dar lugar a la sobrecarga de uno
o más articulaciones metatarsofalángicas menores. También se han
descrito numerosos casos de síndrome de predislocación en
pacientes que se habían sometido a la corrección quirúrgica de
hallux valgus abducto en la que se produjo sutil, pero
perceptible, elevación de la cabeza del primer metatarsiano.
Parece ser que tanto la
alteración estructural y la disfunción biomecánica del primer rayo
pueden contribuir al desarrollo de esta entidad en la segunda
articulación metatarsofalángica. La condición puede, sin embargo,
ocurrir en ausencia de cualquiera de estos factores predisponentes.
Anatomía patológica
Se ha demostrado, a través
del uso de la RM, que el punto focal de la ruptura de la placa
plantar se produce directamente por debajo de la cabeza del
metatarsiano adyacente a su inserción distal en la falange.
El defecto dentro de la placa
es a menudo de espesor total y puede abarcar un gran porcentaje de
la placa, dependiendo del grado de la lesión. Este hallazgo es en
gran parte, si no totalmente, responsable de la desestabilización en
el plano sagital en la articulación metatarsofalángica.
La alteración o insuficiencia
del ligamento colateral lateral, además de la dislocación medial de
la placa de plantar, han sido implicados como dos factores que
permiten las anormalidades en el plano medial o transversal en la
articulación metatarsofalángica menor. Parece ser que el
desplazamiento medial de la placa y la desviación posterior de los
tendones flexores es el evento principal, mientras que la atenuación
y la rotura del ligamento colateral lateral se desarrollan como un
acontecimiento secundario. La rotación medial y dorsal de la placa
plantar lleva los tendones flexores medialmente mediante su
asociación con la vaina fibrosa flexora. Esto resulta en
el desplazamiento medial del vector de fuerza, provocando la
aducción y la rotación en varo del ddedo afectada (Figura). La
contractura secundaria de los músculos intrínsecos y tendones
extensores mantienen y propagan la deformidad.
El comienzo del desarrollo de
la subluxación o dislocación de la placa plantar es una inflamación
progresiva alrededor de la articulación metatarsofalángica con la
consecuente atenuación y posterior ruptura de la placa glenoidea y
los ligamentos colaterales, lo que conlleva a un debilitamiento de
las estructuras periarticulares y produce como resultado una
inestabilidad articular que termina en la luxación de esta.
La inestabilidad articular asociada a este síndrome ocurre como
resultado de un estiramiento gradual y/o ruptura del ligamento
colateral medial o lateral, de la capsula articular o de la placa
glenoidea. La pérdida de función de uno o varios de estos elementos
periarticulares precipita la deformación digital del dedo e incluso
acaba en cambios artrósicos irreversibles.
Se produce una deformidad, por regla general, en el plano sagital
aunque también se puede dar en el plano transverso.
Presentación clínica
Los pacientes que sufren de
síndrome de predislocación suelen presentar un dolor focal agudo,
subagudo o, con menor frecuencia crónico, en la cara plantar de la
articulación o articulaciones metatarsofalángicas menores
implicadas. En general, el dolor es más notable durante la
deambulación y desaparece durante el reposo. Con frecuencia, los
pacientes se quejan de que sienten como si estuvieran caminando
sobre una "pequeña piedra" o "bulto" en la parte inferior del pie a
pesar de la ausencia de cualquier lesión plantar visible. Los
pacientes también pueden quejarse de hinchazón alrededor de la base
del dedo, más plantar que dorsal. Algunos pacientes notarán que el
dedo del pie "como si se saliera de su posición", y otros pueden
haber incluso notado un cambio notable en su posición a lo largo de
varias semanas. Rara vez hay una lesión presente sobre la cara
dorsal de la articulación interfalángica proximal, aunque puede
haber un eritema leve como resultado de la irritación del zapato
sobre la almohadilla del nudillo. ocasionalmente aparece un tiloma (heloma,
callosidad). Algunos pacientes mencionan un aumento o cambio
reciente en el nivel de actividad antes del desarrollo de los
síntomas. En otros casos, los pacientes pueden recordar un
acontecimiento traumático leve, como un paso en falso en una
escalera, hueco, o un saliente antes de la aparición de los
síntomas. En etapas posteriores del síndrome predislocación, un
dolor severo puede conducir a una marcha antiálgica, con la
compensación del paciente al caminar sobre la cara lateral del pie.
La carga de peso con el pie descalzo a menudo se vuelve intolerable,
especialmente en superficies duras. Pueden producirse
manifestaciones secundarias, como la sobrecarga de la columna o de
la articulación calcáneo-cuboides, a veces llegando a ser tan
importante como el principal motivo de consulta inicial. También
pueden desarrollar una sensación punzante persistente y constante de
larga duración, independientemente del estado de la carga de peso.
Con frecuencia, el paciente había recibido tratamiento para el
problema en el pasado, a menudo después de ser tratado por una
variedad de especialistas médicos y quirúrgicos en vano. Los
tratamientos pueden haber sido conservadores o quirúrgicos. No es
raro que el paciente haya recibido un diagnóstico de neuroma del
segundo espacio interdigital o espacios adyacentes a pesar de la
ausencia evidente de las quejas subjetivas clásicamente asociados a
neuromas. Muchos pacientes habrán sido sometidos a una neurectomía,
algunos incluso se habrán sometido a cirugía de revisión por
presunta recidiva del neuroma. El fracaso de estos diversos
tratamientos es muy frustrante para los pacientes y puede dar lugar
a ansiedad sobre su pronóstico. Algunos pacientes pueden haber sido
acusados de hacerse el enfermo o pensar en que sufre una enfermedad
psicosomática. Unos pocos pacientes o sus cónyuges pueden incluso
cuestionar si es un problema imaginario y los tratan como
hipocondríacos.
Exploración física
Es primordial la localización
específica y precisa del dolor durante el examen físico para
determinar las estructuras afectadas. En la exploración física del
paciente con síndrome de predislocación, se encuentra un dolor
insoportable a la palpación justo distal y plantar a la cabeza del
metatarsiano que es desproporcionada. El dolor focal en esta área se
cree que es el resultado de la bursitis o inflamación de la placa
plantar. En ocasiones, la inflamación de una bursa intermetatarsal
puede causar irritación de los nervios locales, resultando en
síntomas neuríticos o de tipo neuroma.
Sin embargo, los pacientes
que presentan dolor causado por la inflamación de la placa plantar
generalmente no tienen quejas subjetivas de entumecimiento o dolor
punzante o déficits sensoriales objetivables en los dedos afectados,
durante la exploración. Además, en el examen físico, el punto focal
del dolor es clara y distintivamente en el área de la articulación
metatarsofalángica, no el espacio interdigital adyacente. Puede ser
útil una inyección intermetatarsal de anestesia local cuando se
generalizan los síntomas o cuando el paciente tiene dificultades
para la localización de la zona objetivo del dolor.
La función activa de los
tendones flexores y extensores del dedo afectado están presentes con
un mínimo o ningún compromiso. La palpación y la movilización de la
articulación metatarsofalángica pueden provocar crepitación capsular
o una alteración de la movilidad de una proyección bien
circunscrita. Puede haber una disminución dolorosa en el rango de
movimiento de la articulación, en particular en la flexión plantar.
No se observa una mal posición del dedo en las primeras etapas. Sin
embargo, el clínico observador puede identificar fácilmente los
cambios sutiles en la posición en el tiempo. No es raro que la punta
se manifieste con una clara tendencia hacia la migración dorsal (no
necesariamente la flexión dorsal), con o sin desviación en el plano
transversal hacia o desde el hallux.
En la mayoría de los casos,
la evaluación de la posición en carga demuestra una sutil pero
evidente mala alineación del dedo afectado. Suele haber pérdida de
posición del dedo del pie, con o sin desviación medial o lateral. Si
esta condición no se controla, el dedo del pie seguirá avanzando
progresivamente a la subluxación dorsal, y cuando esto ocurre, es
presumible un aumento del dolor. En raras ocasiones, aparece un
callo plantar de la cabeza del metatarsiano o un granulo que recubre
la articulación interfalángica proximal del dedo afectado (como
normalmente se ve con la clásica deformidad de dedo en martillo que
ha sufrido la articulación metatarsofalángica en
subluxación/luxación crónica). Estas son las queratosis debido a la
fricción y el cizallamiento de las estructuras óseas asociadas y a
las pérdidas de equilibrio muscular intrínsecas; desarrolladas sólo
después de la dislocación del dedo de larga evolución.
El cambio en la topografía
local es común y a menudo importante. Típicamente hay
edema local y aumento de temperatura, resultante de la inflamación
alrededor de la articulación metatarsofalángica. En la mayoría de
los casos, el edema plantar es obvio, incluso profundo, y abarca
todo el área de la articulación metatarsofalángica, con frecuencia
se extiende a distancia en el surco y la base del dedo del pie o
dedos de los pies.
En las etapas iniciales del
síndrome predislocación, la articulación metatarsofalángica menor
puede estar en buena posición anatómica sin mala alineación o
contractura. Sin embargo, como la enfermedad progresa y se produce
inestabilidad de la articulación, se desarrolla una desviación en el
plano dorsal o transversal, con la consiguiente pérdida de la
posición del dedo del pie.
Las etapas del síndrome predislocación
han sido descritos por Yu y Judge y se basan en los hallazgos
clínicos presentes en el momento del examen.
En el estadio 1, hay
leve edema plantar y con frecuencia dorsal, en la articulación
metatarsofalángica. Hay sensibilidad extrema cuando se manipula la
articulación. Clínicamente no se observa mala alineación anatómica.
En el estadio 2, hay
edema moderado con una desviación notable del dedo afectado tanto
clínica como radiológicamente. A menudo el paciente no se da cuenta
de que el dedo afectado no entra en contacto con el suelo. Esto se
hace muy evidente en la evaluación de la postura.
En el estadio 3, hay
edema moderado sobre toda la circunferencia de la articulación
metatarsofalángica y se extiende al dedo del pie. La desviación es
más pronunciada y se aprecia una posible subluxación/luxación del
dedo. Mientras que el edema y la inflamación finalmente desaparecen
por completo, la deformidad se mantiene sin cambios o continúa
progresando. El resultado final puede ser una deformidad en crossover del segundo dedo del pie, con o sin un hallux valgus
abducto concomitante.
Thompson y Hamilton han
sugerido el uso de una prueba de esfuerzo vertical, similar
al signo del cajón anterior en la articulación del tobillo
inestable, o también prueba de Lachman, para identificar y
poner en escena en el plano sagital la inestabilidad de la
articulación metatarsofalángica. En esta maniobra, el pie se coloca
en la posición neutral, y se estabiliza la cabeza del metatarsiano
entre el pulgar del examinador y el dedo índice. La mano
contralateral se utiliza para agarrar la parte dorsal y plantar de
la correspondiente base de la falange proximal. El dedo a explorar
se manipula hacia arriba con presión vertical aplicada por el pulgar
plantar. Una fuerza puramente vertical se aplica a la base de la
falange proximal en dirección dorsal. Esto es diferente de las
pruebas de flexión dorsal. Hay resultado positivo del
estrés vertical cuando la falange proximal puede ser trasladada 2 mm
dorsal por encima de la cabeza del metatarsiano.
De acuerdo con el esquema de clasificación Thompson y de Hamilton,
en la etapa 0 no existe una translocación dorsal de la falange
proximal. En la etapa 1, la base de la falange puede sufrir
subluxación dorsal pero no dislocación. En la etapa 2, la
base de la falange puede ser dislocada pero se puede reducir de
forma manual. En la etapa 3, la base de la falange se
encuentra dislocada en una posición fija. La evaluación precisa de
la cantidad de desplazamiento de la base de la falange proximal de
la cabeza del metatarsiano puede cuantificarse en una radiografía
lateral.
En el test de Kellikian, o
también denominado mecanismo de Windlass invertido, se realiza un
movimiento en flexión dorsal en
la zona retrocapital de los
metatarsianos centrales simulando la carga. Si al realizar este
movimiento, los dedos se estiran y se corrige la garra digital,
significa que la garra digital es flexible y reductible, por tanto
el test sería negativo. En cambio, si al realizarlo los dedos no se
estiran y no se corrige la garra digital, este test será positivo.
La extensión de los dedos se produce porque al realizar este
movimiento en la zona retrocapital, se produce una tensión de la
fascia plantar la cual se inserta en su parte más distal en la placa
plantar. Este test también se utiliza en la cirugía de los radios
medios, el cual se realiza intraoperatorio, para valorar si la
técnica quirúrgica realizada corrige la deformidad digital, y en
caso de dar negativo el test, poder realizar otras técnicas
adicionales para terminar de corregir la deformidad.
La resistencia a la flexión plantar del dedo puede estar disminuida,
y esto puede ser cuantificada mediante el “paper pull-out test” o
test de estiramiento del papel. Se coloca una tira de papel (1 cm x
6 cm) debajo de la punta del dedo del pie afectado. Mientras que el
paciente flexiona plantarmente el dedo afectado y agarra el papel,
el examinador tira de la tira de papel de debajo de la punta del
dedo del pie (figuras a y b). Una prueba positiva se ve cuando no
hay presión digital de la cinta, y la tira de papel se extrae
intacta sin que se rompa.
Estos hallazgos del examen clínico pueden correlacionarse para
proporcionar un medio fiable para el diagnóstico de roturas de placa
plantares.
Clasificación de las
lesiones de la placa plantar
La inestabilidad de las
articulaciones metatarsofalángicas ha sido categorizado por varios
autores en distintos grados. Como se ha visto se basan en la
descripción de una fase prodrómica anterior a la subluxación
caracterizada por dolor en las articulaciones e hinchazón
metatarsofalángica,
mientras Haddad et al propuso una descripción clínica de la
inestabilidad de la articulación metatarsofalángica. Hasta ahora, todos los
sistemas de clasificación han utilizado descripciones clínicas
solamente, sin tener en cuenta el hallazgo anatómico de la rotura de
la placa plantar asociada.
Se han descrito varios
esquemas de clasificación para describir la inestabilidad de las
articulaciones metatarsofalángicas menores, pero sólo recientemente
se han evaluado y clasificada cuidadosamente la participación de la
placa plantar en la inestabilidad de la articulación
metatarsofalángica menor.
En esta clasificación se ha
desarrollado un sistema integral de estadificación clínica basada en
el examen físico, el cual incorpora muchos de los hallazgos clínicos
de la anterior clasificación. A esta clasificación se le ha añadido
una escala de clasificación anatómica para que coincida
con el sistema de estadificación clínica. Esta escala anatómica ha
sido desarrollado a partir de la investigación de especímenes
cadavéricos con deformidades en crossover del segundo dedo con
roturas en la placa plantar confirmadas. Estos sistemas de
estadificación y clasificación, abordan la disfunción de la placa
plantar y puede ayudar con la planificación quirúrgica y
la gestión de las rupturas de la placa plantar.
Grado 0: La
articulación metatarsofalángica permanece alineada. Hay dolor, pero
no deformidad. El dedo permanece en su sitio, pero hay una
disminución de fuerza de prensión del dedo. Prueba del cajón
Negativo. Placa plantar o capsula atenuada.
Grado 1: mala
alineación en la MTP; desviación medial con apertura del segundo
espacio interdigital. Tumefacción de las articulaciones MTP. Pérdida
de la fuerza de prensión del dedo del pie. Prueba del cajón
levemente positiva. Desgarro transversal distal (<50%) y / o rotura
intrasustancia.
Grado 2:
moderada desalineación medial, lateral y dorsal, con hiperextensión
del dedo. Dolor en la articulación metatarsofalángica. No hay
capacidad de prensión del dedo. Prueba del cajón moderadamente
positiva (<50% subluxable) y/o rotura intrasubstancial.
Grado 3:
Desalineación severa. Dorsal o dorsomedial deformidad. El segundo
dedo se sobrepone al dedo contiguo más medial. Puede haber un dedo
en martillo flexible. Hay dolor articular y en el dedo. Perdida de
la capacidad de prensión del dedo. Signo del cajón muy positivo.
Articulación metatarsofalángica luxable. Rotura extensa transversa
/o longitudinal (que puede implicar a los ligamentos colaterales).
Grado 4: Luxación
dorsomedial o dorsal. Deformidad severa con luxación. Dedo en
martillo fijo. Dolor articular y en el dedo, no tumefacción. Perdida
de presa en el dedo, luxación de la articulación MTF. Extensa rotura
con ojal (luxación). Combinación de rotura transversa y longitudinal
de la placa plantar.
Diagnóstico diferencial
Son necesarias una historia
clínica y una exploración física exhaustiva para descartar todos los
problemas sistémicos y locales que pueden contribuir al dolor de la
articulación metatarsofalángica.
Son causas comunes de
metatarsalgia menor las siguientes:
- Enfermedad articular
degenerativa.
- Necrosis avascular.
- Artritis reumatoide.
- Atrofia de la
almohadilla grasa.
- Fracturas de estrés.
- Disfunción
neuromuscular.
- Neuroma de Morton.
- Deformidad en martillo.
- Pie cavo o plano.
Se requiere una historia
clínica y un examen físico para descartar todos los problemas
sistémicos y locales que pueden contribuir al dolor de la
articulación metatarsofalángica. La enfermedad degenerativa de las
articulaciones, la necrosis avascular, la artritis reumatoide, la
atrofia de la almohadilla de grasa, fractura por estrés, disfunción
neuromuscular y neuromas son causas comunes de metatarsalgia en
dedos menores. Sólo después de una historia detallada y un examen
físico y una evaluación radiográfica puede hacerse un diagnóstico
primario de síndrome predislocación (Tabla 1). Las pruebas de
laboratorio selectivo pueden ser necesarias para completar el
estudio. Es importante escuchar con atención las quejas subjetivas
del paciente, ya que a menudo van a proporcionar información
suficiente para que el clínico sospeche esta entidad como la causa
del dolor del paciente, incluso antes de un examen físico de la
zona.
Diferencias entre
Síndrome Predislocación y los problemas de la articulación
metatarsofalángicas menores más comunes |
Síndrome predislocación |
Otros problemas comunes |
|
Fractura por estrés |
Dolor localizado en la
cara plantar de la articulación metatarsofalángica |
Dolor en la parte dorsal del metatarsiano |
Prueba del tenedor negativa |
La prueba del tenedor provoca dolor |
Las radiografías no son diagnósticas en las
fases iniciales. |
Las radiografías pueden ser diagnosticas |
El rastreo óseo capta la articulación MTTF |
En el rastreo óseo capta la diáfisis del
metatarsiano |
|
Dedo en martillo |
El trauma menor o evento desencadenante se
pueden recuperar |
Sin eventos desencadenantes o trauma |
Inicio claramente agudo, subagudo o crónico |
Inicio insidiosos durante años |
No hay contractura digital hasta los estadios
tardíos. |
Contractura en la articulación interfalángica
proximal o distal precedido de dolor |
Drawer tes vertical positivo |
Drawer test vertical negativo |
Por lo general, no hay lesiones; irritación
ocasional de la cara dorsal de la interfalángica proximal |
Lesiones frecuentemente presentes. heloma
duro en la articulación interfalángica proximal y/o tiloma
debajo de la cabeza metatarsiana |
|
Neuroma |
Plantar a la articulación metatarsofalángica,
a menudo del segundo espacio. |
Clasicamente en el tercer espacio. |
Ausencia de síntomas neuríticos |
Síntomas neuríticos:
hormigueo, calambres, ardor, dolor punzante. |
Ausencia de signo de Moulder |
Signo de Mulder positivo: clic palpables de
masa de partes blandas |
Sutil desalineación o evidente mala posición
de los dedos implicados.
Es posible que
demuestren una importante inflamación de la articulación
metatarsofalángica del dedo del pie y, especialmente plantar |
Los dedos de los pies
por lo general tienen la alineación y la posición normal |
Diagnostico por imagen
Respecto al diagnóstico por
imagen, las pruebas que más se utilizan son la radiología
convencional, la artrografía y la resonancia magnética.
Radiografía
convencional.
En realidad la placa plantar
es radio-transparente, por lo que no se pondrá de manifiesto en una
radiografía convencional. Cuando existe evidencia clínica de
subluxación MTF, la radiografía estándar es la prueba más práctica
para evaluar la congruencia articular. Una radiografía
anteroposterior demostrará la desviación transversa del dedo, y la
incongruencia o no del espacio articular, así como los eventuales
cambios artrósicos intraarticulares. Una radiografía dorso plantar
nos ayudará a valorar también la presencia de desviación en el plano
sagital y frontal. Los hallazgos más comunes incluyen una
interrupción en la parábola del metatarso del pie sintomático,
aumento del ángulo entre 1-2 metatarsiano, la desviación medial del
segundo dedo del pie y el ensanchamiento de los dedos.
Artrografía
Otras técnicas de imagen
adicionales también deben ser consideradas en la evaluación de
patología de la articulación metatarsofalángica. Artrografía de las articulaciones
metatarsofalángica se ha utilizado para determinar la presencia de roturas de la
placa plantar, pero esta técnica está limitada en la definición del
tamaño o patrón de la rotura. . La artrografía es efectiva y
práctica para confirmar el diagnóstico el contraste se inyecta en la
articulación metatarsofalángica, la pacificación del tendón del flexor indicara rotura del
plato plantar; la ruptura del ligamento colateral puede observarse
si existiese extravasación medial o lateral.
Resonancia magnética
La resonancia magnética es
una buena alternativa a la artrografía cuando exista ruptura de la
placa plantar ya que
es una técnica no invasiva. Mediante esta
técnica, la zona se observa con una señal más intensa, que se
extenderá más allá del área inmediata de la inserción de la placa en
la base de la falange proximal.
La resonancia magnética se caracteriza por ser específico y fiable
para determinar la presencia y extensión de la patología en la placa
plantar.
Ecografía
Otro método diagnóstico es el
diagnóstico por la ecografía. Menos documentado en la bibliografía,
y además puede estar limitado por la experiencia del técnico; en la
imagen ecográfica la placa plantar en condiciones normales es una
imagen homogénea. En el caso que exista una ruptura se observaran
fisuras hipoecógenas o defectos oncogénicos en el fibrocartílago.
Mientras que el ultrasonido y
la resonancia magnética son dos modalidades de imágenes apropiadas
para las roturas de la placa plantar, la ecografía es más sensible
que la resonancia magnética (91,5% frente a 73,9%) mientras que la
RM es más específica (100% versus 25%).
Tratamiento conservador
La detección temprana de las roturas de la placa plantar es difícil.
Debido a la aparición insidiosa del dolor y la deformidad, es
bastante común el retraso en la evaluación y el tratamiento. Con
frecuencia, los pacientes se preocupan sólo después de la progresión
de la deformidad y la presencia de un dedo en martillo ya fijo. El
inicio de las medidas conservadoras puede reducir la metatarsalgia
dolorosa, pero rara vez se consigue alterar la progresión de los
síntomas o la mala alineación. Hay varias opciones de tratamiento
conservador (Figuras a-d). Una modificación en el calzado con
una reducción de la altura del tacón y una puntera espaciosa puede
reducir la presión sobre el dedo sintomático. Las plantillas de
apoyo retrocapital, también pueden ayudar a disminuir el estrés en
la articulación metatarsofalángica en la fase de apoyo de la marcha.
La plantilla deberá llevar una prominencia blanda con una
almohadilla en el metatarsiano proximal colocado previamente a la
cabeza del metatarsiano sintomático para reducir la molestia plantar
mediante la redistribución de la presión. Una deformidad en martillo
sintomática puede ser aliviada con un manguito de dedo del pie de
silicio para reducir el dolor. El vendaje funcional del dedo
afectado en las primeras etapas puede aumentar la estabilidad en el
plano sagital, con el objetivo de control del dedo, mientras que se
produce la cicatrización o la curación del tejido. Este vendaje es
ineficaz en casos de rotura capsular completa cuando el dedo esta
moderadamente subluxado o luxado.
Se ha visto que el vendaje
reduce la cifra de la progresión de la deformidad, pero los
pacientes continúan experimentando dolor en las articulaciones.
Debido a la composición de la placa plantar, que está en gran medida
formada por colágeno tipo 1, es razonable esperar que una rotura
completa sea poco probable que cure espontáneamente con el tiempo.
El vendaje de larga duración en ocasiones puede causar ulceración
del dedo del pie o edema crónico.
Si bien las medidas
conservadoras pueden aliviar temporalmente el dolor y la
inestabilidad de una articulación metatarsofalángica menor, no van a
corregir de forma permanente la deformidad. Se pueden utilizar
fármacos anti-inflamatorios no esteroideo (AINE) para gestionar las
molestias pero éstos deben usarse con precaución, especialmente en
poblaciones de más edad. Las inyecciones de corticosteroides pueden
ser diagnósticas y terapéuticas, pero deben usarse con precaución.
Las inyecciones pueden potencialmente enmascarar los síntomas,
permitiendo además favorecer la degeneración capsular y la placa
plantar con subluxación de la articulación o dislocación posterior.
Por lo tanto, a medida que aumenta el dolor y la deformidad asociada
a la inestabilidad capsular y las roturas de la placa plantares, se
bebe de considerar la intervención quirúrgica.
Tratamiento quirúrgico
Porque reparar la placa
plantar
La placa de plantar es uno de
los principales estabilizadores de la articulación
metatarsofalángica menor. Junto con el complejo del ligamento
colateral, son resistentes a nivel de la articulación
metatarsofalángica a la deformidad en el plano sagital y
transversal. La sección de la placa plantar disminuirá la cantidad
de fuerza necesaria para dislocar la articulación metatarsofalángica
en un 30 por ciento. La sección de los ligamentos colaterales
disminuirá la cantidad de fuerza para dislocar la articulación
metatarsofalángica en un 45 por ciento. La sección de ambas
estructuras disminuirá la cantidad de fuerza necesaria para dislocar
la articulación metatarsofalángica en un 79 por ciento.
Opciones de tratamiento
quirúrgico
Cuando hay una deformidad
severa, está indicada la corrección quirúrgica. El dedo se vuelve a
alinear en la articulación y se estabiliza suturando la rotura de la
placa plantar. Este procedimiento se realiza desde la parte superior
de la articulación. Se localiza y se sutura la rotura de la placa
plantar. Si el hueso metatarsiano es largo o existe un dedo en
martillo, se reubican los huesos para alinear el pie y disminuir la
presión anormal a través de la región.
En ocasiones, la placa
plantar puede estar muy gravemente dañada y no ser reparable. En
tales casos, el tendón flexor de la profundo del dedo del pie se
envuelve alrededor de la parte superior del dedo para mantener
estable la articulación. No se ha observado pérdida de función con
esta transferencia del tendón flexor. No se utilizan agujas para la
inmovilización con el fin de evitar la artritis y permitir la
terapia física temprana.
Un estudio en cadáver
comparando las transferencias de tendones flexores de la reparación
de la placa plantar demostró que la reparación directa de la placa
plantar ofrece mayor estabilidad dorsoplantar a la articulación
metatarsofalángica que la transferencia de tendón flexor,
concluyendo que el vértice de la reconstrucción de la inestabilidad
en una articulación metatarsofalángica menor debe centrarse en la
reparación directa de la placa plantar. A pesar de que la
transferencia del tendón flexor puede restaurar la estabilización
flexoplantar a la articulación metatarsofalángica, no aborda la
esencia de la patología, que es la alteración de la estructura de la
placa. Deland llegó a la conclusión de que cuando existe una
participación significativa de la placa, no parece probable que la
reparación directa o reconstrucción de los ligamentos colaterales ni
los procedimientos de tejido blando utilizado en la actualidad
proporcionarían corrección consistente y duradera.
La técnica quirúrgica para la
reparación de la placa plantar puede llevarse a cabo de forma
concomitante con procedimientos complementarios, tales como
artrodesis interfalángica, alargamiento EHL, capsulotomía selectiva
de la articulación metatarsofalángica , transferencia del tendón
flexor, osteotomías de los metatarsianos y capsulorafía lateral de
la articulación metatarsofalángica, dependiendo de la complejidad de
la deformidad.
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