Epicondilitis-Epicondialgia
La epicondilitis, conocida
también con el nombre de "codo de tenista", es una patología que afecta
al compartimento externo del codo, provocando dolor e impotencia
funcional variable. Su prevalencia se sitúa en el 1-3% de la población y
su incidencia es más frecuente en la cuarta década de la vida.
La epicondilalgia es seguramente la afección más frecuente en el
codo. Este
término engloba distintos cuadros patológicos constituyendo un síndrome clínico
caracterizado por un dolor a nivel del epicóndilo y sus estructuras anatómicas
vecinas. Los términos epicondilalgia, epicondilitis, «codo de tenis» y
artropatía radio-humero-cubital son utilizadas a menudo como sinónimos; no
obstante cada uno de ellos tiene su propio significado: el término
«epicondilalgia» habría de referirse o reservarse al síndrome doloroso local;
epicondilitis a la tenoperiostitis de inserción de los músculos
epicondíleos, «codo de tenis» cuando esta
epicondilitis aparece en un tenista y
artropatía radio-cubito-humeral cuando existen alteraciones ligamentosas,
musculares o sinoviales a ese nivel.
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EPICONDILO (2-7) 1. 1º. radial.
2. 2º radial.
3. Extensor común de los dedos.
4. Extensor propio del 5.°.
5. Cubital corto.
6. Supinador corto,
7. Anconeo.
EPITROCLEA (8-11)
8. Pronador redondo.
9. Palmar mayor.
10. Palmar menor.
11. Flexor común superficial de los dedos
12. Cubital anterior.
GRUPO MEDIO ANT. Y POST.
13. Bíceps braquial.
14. Braquial anterior.
15. Tríceps
braquial |
Frecuencia
La epicondilitis representa la afección más frecuente en el codo. Se
piensa que la incidencia es del 1-3 por 100 en la población general.
La afección se presenta en sujetos de ambos sexos,
pero especialmente en los varones, especialmente entre los 30-40 años, y en raras ocasiones
antes de los 20 años.
Etiopatogenia
El uso excesivo de los músculos y los tendones del antebrazo constituye la
causa más frecuente de la epicondilitis. Algunas actividades, tanto deportivas
como laborales, pueden acelerar el proceso. Sin embargo, es frecuente observarla
en pacientes que, después de un determinado esfuerzo que no realizan
habitualmente (p. ej. llevar un peso en la mano durante un período de tiempo
prolongado), inician el cuadro sintomático. Muy raramente aparecen después de
una contusión directa, una caída sobre el codo, un gesto violento con
estiramiento y torsión del miembro superior. Más frecuentemente se trata de
microtraumatismos, de sobrecarga de los músculos epicondíleos (especialmente el
segundo radial).
Además de en el tenis se da en otros deportes, especialmente deportes
de velocidad y lanzamiento. se observa generalmente después de un cambio
del material o un defecto de la técnica. Numerosas profesiones también
se ven afectadas por este padecimiento. Se trata generalmente de
trabajos de fuerza, que utilizan herramientas pesadas, pero también se
puede ver en músicos, dentistas, masajistas, trabajos del hogar,
trasporte de objetos pesados, bricolaje. Pero en otras ocasiones no se
encuentra ninguna causa mecánica.
Si bien la causa exacta se desconoce, existe un consenso generalizado en
admitir la teoría de la degeneración tendinosa (tendinosis) del segundo radial
(extensor carpí radialis brevis). Otras teorías Incluyen la compresión del
nervio radial y/o la presencia de lesiones intraarticulares y/u óseas.
Se pueden diferenciar dos tipos de epicondialgias:
Primarias
Con origen en el codo:
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Tendinitis de los músculos
epicondíleos |
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Periostitis de inserción.
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Artropatía radio-humero-cubital.
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Sinovitis.
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Afectación del ligamento
anular.
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Lesión de menisco
radio-humeral.
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Condromalacia y artrosis
radio-humeral. |
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Disfunción radio-humeral.
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Espasmo muscular funcional.
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Epicondilitis inflamatoria pura del joven.
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Osteocondrosis primitiva-enfermedad de Panner.
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Secundarías
La patología provocante del dolor no se encuentra a nivel del codo.
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Epicondilalgia de origen cervical.
Se trata de una radiculopatía C5-C6.
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Neuropatía de atrapamiento del
nervio interóseo posterior a nivel de la
arcada de Frohse (presente en un 30 por 100 de la población, a nivel del
músculo supinador corto). |
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b) Síndrome del túnel radial.
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Epicondilalgia acompañando a
síndrome del túnel carpiano. |
Sintomatología
Generalmente, el paciente es un varón adulto entre los 30 y 50 años, las más de
las veces con más de 30 años.
El síntoma princeps y en la mayoría de los casos el único síntoma es el dolor
localizado en el epicóndilo; extendiéndose en ocasiones al olécranon, cabeza
del radio y musculatura epicondílea, tercio superior del antebrazo y más
raramente al 2° y 3.° dedo. La intensidad del dolor es variable, frecuentemente
bastante fuerte.
El dolor se exacerba por la extensión de la muñeca y
dedos. El comienzo no suele ser violento sino lento y progresivo y aparece como
consecuencia de ciertos movimientos deportivos, profesionales o usuales
y aumenta con el ritmo de estos movimientos.
La repercusión funcional varía con la intensidad del dolor y el nivel de
actividad deportiva. Progresivamente aparece dolor en reposo con paresia
antiálgica por inhibición refleja y signos de rigidez matinal, a veces con
parestesias en el territorio del radial.
En caso de tendinitis de inserción de los
epicondíleos se puede
observar un edema discreto en la región y una tumoración anormal en el
epicóndilo.
La palpación provoca un dolor vivo en la parte anteroinferior del
epicóndilo. La flexión pasiva del codo es normal y la extensión pasiva
forzada en supinación es generalmente dolorosa
Se han descrito tres fases cronológicas en la epicondilitis:
- Afectación músculo-tendinosa. El cuadro debuta con una
contractura dolorosa
de los músculos epicondíleos; que aparece a menudo en los
movimientos de extensión-supinación o extensión-pronación.
- Tenoperiostitis. En esta fase el dolor se localiza en la inserción epicondílea, se
exacerba con la hiperextensión del codo y extensión de muñeca. Se considera como
la fase de estado, raramente reversible sin un tratamiento correcto.
- Afectación osteo-articular. Hay una contractura de los músculos
epicondíleos. Hay inflamación subyacente que puede comprimir
mecánicamente la cabeza radial en los movimientos de hiperextensión y supinación
del codo. En esta fase aparecen lesiones del ligamento anular y de la cabeza
radial. Hay una impotencia funcional muy acusada.
El síndrome de compresión de la rama posterior del nervio radial
en el codo representa un síndrome de los canales pero cuya
existencia está autentificada por ciertas constataciones operatorias.
Clínicamente, se reconoce ante un dolor progresivo, sordo, mal
localizado, irradiado a lo largo del borde externo del antebrazo, muchas
veces nocturno, acompañando de una sensación de pesadez y de parestesia.
El examen puede mostrar dolor ante la percusión de los músculos
epicondíleos y ante la presión del cuello del radio, un déficit de la
extensión activa de las articulaciones metacarpofalángicas, con el puño
en flexión dorsal pasiva (signo de Comtet); un dolor en supinación
contrariada con el antebrazo en pronación completa. El electromiograma
no siempre confirma ese diagnóstico, a veces los signos aparecen después
de una prueba de esfuerzo en pronación y luego en supinación.
La rama sensitiva del musculocutáneo puede ser comprimida
cuando atraviesa la aponeurosis braquial, con parestesia en la región
anteroexterna del antebrazo. El signo revelador durante el examen es la
limitación dolorosa de la extensión del codo, con el antebrazo en
pronación forzada, mientras que es completa cuando el antebrazo está en
supinación. Se buscará un punto doloroso a nivel del pliegue del codo y
una disminución de la sensibilidad superficial de la región
anteroexterna del antebrazo. La medida de la conducción nerviosa
sensitiva puede confirmar el diagnóstico
Se han descrito epicondialgias de origen cervical
debidas a la
irritación de las raíces nerviosas C6 o C7 única manifestación
clínica evidente. Para los argumentos del diagnóstico son los
siguientes: la existencia de un punto doloroso al presionar los macizos
articulares C5-C6 o C6-C7, zonas de celulalgia detectadas por la
maniobra palpar-rodar en los territorios C6 o C7, cordones endurecidos y
sensibles en uno o varios músculos epicondíleos (estas epicondialgias
forman parte del síndrome celulotenomiálgico citado anteriormente),
eventuales signos eléctricos de origen radicular, la desaparición de los
dolores epicondíleos por manipulación cervical o infiltración anestésica
de un macizo articular posterior o de una raíz nerviosa. No existe
ningún paralelismo con los signos radiológicos de la artrosis cervical.
La epicondialgia aparece actualmente como síndrome complejo
multifactorial, muchas de las etiologías descritas pueden asociarse en
un mismo paciente y hacer difícil el análisis de los signos clínicos.
Diagnóstico
El diagnóstico de la epicondilitis es esencialmente clínico. El paciente
acude al médico después de un período más o menos largo de tiempo con dolor en
la cara externa del codo. Éste se localiza por delante del epicóndilo y se
exacerba mediante el test de Thomson. Éste consiste en provocar el dolor
mediante la extensión de la muñeca contra resistencia (efectuada sobre el 2º y
3º metacarpianos), desde la posición de 30° de flexión y en desviación cubital.
Para efectuar dicho test, el hombro debe estar en unos 60° de flexión y el codo
en extensión y pronación completas.
Prueba de la silla (chair test). Otra maniobra característica de la epicondilitis es la de solicitar al
paciente que levante lateralmente una silla, estando la extremidad superior
totalmente adosada al cuerpo y con el codo en extensión.
En cuanto al estudio radiográfico, éste suele ser negativo, aunque siempre
deberá efectuarse para descartar causas de origen osteoarticular. Otras
exploraciones complementarias, como son la ecografía, la gammagrafía ósea y la
resonancia magnética nuclear, son cuestionables y, en general, no aportan
suficientes datos para confirmar el diagnóstico.
Las proyecciones AP y L no revelan habitual-mente alteraciones; en
cambio la oblicua a 45° puede ser de mayor utilidad los cambios
radiológicos observados en el codo del jugador del
tenis son:
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Calcificaciones estriadas, en cinta o en racimo, a nivel del epicóndilo. |
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Erosión y fragmentación del epicóndilo y cóndilo humerales. |
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Formación de espolones óseos a nivel de la apófisis coronoides del cubito. |
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Hipertrofia del húmero. |
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Deformidad de la cara interna de la tróclea humeral. |
El electromiograma está indicado para excluir un síndrome de compresión radial,
que se asocia en ocasiones, o también un
síndrome de túnel carpiano, hallazgo no
infrecuente que acompaña a la epicondilitis.
Algunos autores han señalado la
presencia de signos de denervación en los
músculos epicondíleos.
La electromiografía estaría más indicada en epicondilalgas crónicas.
Anatomía patológica
Las lesiones más caracterizadas del codo de tenis son:
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Desgarros micro y macroscópicos, superficiales y profundos en el
origen
tendinoso del 2° radial en el periostio del epicóndilo. |
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Fracturas por micro-avulsión, infiltrados, zonas de calcificación fina,
tejido cicatrizal con degeneración quística. |
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Desgarros en tendón de extensor común de los dedos. |
Diagnóstico diferencial
Es generalmente sencillo. Se eliminan por la clínica y la radiología
y los exámenes de laboratorio: las artropatías infecciosas, reumáticas,
metabólicas, artrósicas, y la osteocondromatosis, las afecciones óseas
del codo (osteocondritis disecante, osteítis, tumores, enfermedad de
Paget) por último el calambre de los escribientes, contractura muscular
posteroexterna del antebrazo, que se presenta en un contexto especial.
Un antecedente traumático neto hace eliminar una fractura del
epicóndilo, una fisura o una luxación de la cabeza radial, y un desgarro
tendinoso o ligamentario Un síndrome neurovascular del trayecto
toracobraquial puede provocar dolores predominantes en la región
epicondílea. Se puede diagnosticar con un examen neurológico y vascular
cuidadoso, ayudado si es necesario por Doppler electromiograma y
exploraciones radiovasculares. También los dolores de una neuralgia
cervicobraquial pueden predominar en el codo, pero existen formas
intrincadas.
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Artropatía radio-humeral-cubital:
Suele ser de comienzo más agudo. En ocasiones aparece sensación de bloqueo o
resalte. Evoluciona por crisis, limitación dolorosa moderada de las amplitudes
articulares. A vences se observa cierto empastamiento del codo. |
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Osteocondromatosis sinovia!: Frecuente localización en codo (22-35
por 100). Predomina en los varones,
desencadenada por factores traumáticos o microtraumáticos.
Se han descrito compresiones del nervio cubital por los condromas. Frecuente es
la aparición de bloqueos, con flexión limitada.
Se diagnostica por radiología y si no es reveladora podemos recurrir a la
artroscopia, que en ocasiones también es terapéutica. |
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Neuropatías por atrapamiento:
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Nervio interóseo posterior; síndrome de la arcada de Frohse: La
comprensión del interóseo posterior puede establecerse a dos
niveles: 1) entre la fascia del braquial anterior y el supinador largo y 2) en la
denominada arcada de Frohse
presente en el 30 por 100 de la población; entre las dos cabezas del supinador
corto. Cursa con dolor sordo, difuso con exacerbación nocturna y localizado en el borde
radial del antebrazo. Un signo de valor diagnóstico puede ser la debilidad y dolor del 3.er dedo
contra resistencia (extensión) con el codo extendido.
No obstante hay autores que refieren la coexistencia de ambos síndromes. Útil la EMG. |
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Afectación de la rama sensitiva del
músculo cutáneo: Comprimida en el
momento de atravesar la aponeurosis braquial. Curvas con parestesias del borde radial del antebrazo. El examen
clínico muestra un signo particular: limitación dolorosa de la extensión en
pronación mientras que la extensión en supinación es completa e indolora. |
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Síndrome del túnel carpiano: En ocasiones una epicondilalgia es una
manifestación clínica más de ese síndrome, en el sentido de extensión proximal
del dolor. |
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Epicondilalgia de origen cervical:
El origen cervical de patología tendinosa a distancia fue evocado en 1949 por
Lacapeze. Maigne individualizó más tarde el síndrome célulo-tenomialgico
por irritación de la 6ª ó 7ª raíz cervical.
La epicondilalgia se acompaña de sensibilidad en articular posterior de C5-C6,
con pinzado-rodado positivo en dermatoma correspondiente y existencia de
cordones indurados miálgicos. |
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Epicondilalgia del adolescente:
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Epicondilitis inflamatoria pura: Edema local con enrojecimiento y
crepitación a la palpación del tendón. Dolor a la extensión pura y al varo
forzado del codo; asimismo se incrementa a la palpación de la inserción del
tendón. |
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Osteocondritis: Afecta a pacientes entre 4-10 años (Panner). Dolor y signos
articulares. Radiología diagnóstica. |
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Artropatías de codo:
Artritis inflamatoria o infecciosa. Artrosis de codo. Artritis postraumática. |
Tratamiento
Entre las modalidades de tratamiento conservador destaca por encima de todas
la electroterapia (onda corta y ultrasonidos), las ondas de choque y las
infiltraciones con corticoides y/o con ozono, entre las quirúrgicas, la
desinserción del segundo radial a nivel del epicóndilo y las perforaciones del
mismo con una pequeña broca.
Con respecto a las infiltraciones, las cuales constituyen el tratamiento de
elección, deberán efectuarse un máximo de 3, espaciadas entre ellas a lo largo
de 1 año. En cambio las infiltraciones con ozono no tiene estos inconvenientes,
ya que se pueden realizar muchas independientemente del tiempo y de otros
tratamientos. En el caso de que con esta medida el paciente continuara con
dolor, se propondrá la alternativa quirúrgica, destacando que con la misma
existe hasta un 20% de fracasos.
TRATAMIENTO CONSERVADOR
1. Farmacológico:
Más del 50% de los pacientes son curados, a pesar de presentar una o dos recidivas.
Con las infiltraciones se consigue un diagnóstico más definitivo de tendinitis; si el paciente
no obtiene remisión de la clínica después de dos o tres infiltraciones habrá que
revisar el diagnóstico.
2. Tratamiento físico-rehabilitador
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REPOSO: Relativo o completo según el caso. La parada de la actividad
deportiva o laboral es un elemento terapéutico
esencial que implica para ser realmente eficaz la supresión paralela de los
gestos nocivos de carácter profesional o doméstico.
En muchas ocasiones y especialmente en aquellos casos rebeldes o muy dolorosos
está indicada la inmovilización por medio de una férula de escayola (se deben
inmovilizar codo a 90°, muñeca en dorsiflexión y metacarpo-falángicas en
ligera flexión) durante 2-3 semanas. También se puede utilizar férulas de
plástico termolábil, limitando movimientos y presiones. |
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ORTESIS: Aparte de las ortesis de inmovilización que acabamos de describir,
existen unos dispositivos ortésico que son muy eficaces en el tratamiento de la
epicondilitis: (se trata de una ortesis en forma de brazalete con función de contrafuerza
que se coloca a nivel inferior a la cabeza del radio (aproximadamente a tres
centímetros del epicóndilo). El dispositivo actúa aliviando la
sobrecarga en las inserciones de los
músculos epicondíleos realizando función de inserción accesoria. También
son útiles los manguitos de neopreno con función fundamentalmente térmica. |
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CRIOTERAPIA: Bajo la forma de masajes o aplicaciones de hielo.
El frío tiene un efecto sedativo en el
curso de episodios dolorosos. |
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ELECTRO-TERMOTERAPIA: Los ultrasonidos, láser,
onda corta, corrientes de baja y media frecuencia, corrientes interferenciales,
tens, hondas de choque. Los ultrasonidos representan el medio
físico utilizado
más a menudo en la epicondilitis. |
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IONTOFORESIS: (AINE, hidrocortisona, salicilato de sodio).
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MASOTERAPIA: Dos tipos de técnica de masaje pueden emplearse en la
epicondilitis; por una parte el masaje transversal profundo de Cyriax como
medio terapéutico de por si y por otro lado el masaje decontracturante en la
masa de los epicondíleos con carácter coadyuvante y preparador para la
reeducación. |
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Masaje transversal profundo: (MTP) Descrito por Cyriax; constituye una
posibilidad terapéutica preferente en las formas agudas y subagudas. Su
eficacia es real. El principio de actuación consiste en luchar contra la
reacción inflamatoria local auto-perpetuada a partir del disgregamiento
traumático de algunas fibras y de la cicatriz dolorosa que engloba a la masa del
tendón. La técnica es la siguiente: Buscar el lugar exacto de la
lesión. Los dedos del terapeuta y la piel del paciente deberán
moverse como una unidad. Así se consigue una mayor penetración y se
evita la irritación de la misma. Nunca se aplicarán cremas, pomadas,
geles, etc... Tampoco debe aplicarse hielo, porque puede enmascarar
la lesión antes del Cyriax. La fricción debe hacerse de modo
transversal a las fibras de la estructura dañada, nunca
longitudinalmente. La fricción debe hacerse por deslizamiento, ya
que la movilización de los dedos es lo más importante. La presión
excesiva produce dolor. Pero el masaje transverso profundo es
desagradable, si no lo es no suele ser beneficiosa. La fricción debe
actuar con la profundidad necesaria para que llegue al punto exacto
de la lesión. El paciente debe adoptar una posición adecuada que
asegure una tensión o relajación de la zona a tratar según la
estructura lesionada, y que facilite al mismo tiempo el acceso por
parte del terapeuta. Los músculos deben mantenerse en relajación de
la zona a tratar según la estructura lesionada y que facilite al
mismo tiempo el acceso por parte del terapeuta. Los músculos deben
mantenerse en relajación mientras se aplica la fricción. Los
tendones con vaina deben mantenerse tensos para facilitar el
deslizamiento de la vaina sobre el cuerpo del tendón. En el caso de
la epicondilitis se realizan presiones y fricciones profundas perpendicularmente a la dirección
de las fibras.
Las zonas de elección son las inserciones del 2." radial y del extensor común
de los dedos.
Cyriax preconiza sesiones de 20 minutos, 2 veces por semana, 6 sesiones al menos.
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TÉCNICAS MANIPULATÍVAS: A nivel del codo: y a nivel cervical, solo indicadas en epicondilalgias de origen cervical o en las
que se sospecha una participación cervical más o menos importante.
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REEDUCACIÓN MUSCULAR:
El fin de los ejercicios que se proponen es producir flexibilidad e incrementar
la potencia y la resistencia. |
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Stretching o estiramientos: Indicado antes y después de la práctica deportiva; como profiláctico
y terapéutico. Es una medida simple que se debe incluir obligatoriamente en el
programa terapéutico de la epicondilitis.
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Estiramiento o Stretching de flexores de muñeca. Codos flexionados, muñecas con flexión
palmar y opuestas por la cara dorsal las manos. Otra forma
de estirar los músculos epicondíleos: 1) Enderezar el codo
con la palma de la mano hacia abajo. 2) Sujetar los dedos
con la otra mano. 3) Lentamente tire de la mano y la espalda
hasta que sienta un estiramiento suave en el lado de la
palma de la muñeca y el antebrazo. |
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Stretching de extensores de muñeca. Codos flexionados, muñecas en flexión dorsal
y opuestas por la cara palmar las manos. Postura de orador.
Otra forma de hacerlo: 1)Enderezar el codo con la palma de la mano
hacia abajo. 2) Tomar el dorso de la mano con la otra mano y tirar
hacia abajo hasta que se sienta un estiramiento en el antebrazo.
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Estos ejercicios también pueden realizarse con el codo en extensión.
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Estiramientos de radiales y cubitales
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1. Sentado a fin de que el brazo se apoye,
pero su mano cuelgue fuera del borde de una superficie plana,
como una mesa. 2. Mantener a la mano como si se diera la mano con alguien.
3. Mover la mano hacia arriba y hacia abajo. 4. Repetir este movimiento 20 veces.
5. Cambiar al otro brazo. 6. Tratar de hacer este ejercicio dos veces con cada mano.
Durante un período de semanas, aumentar gradualmente el número
de series de 20 repeticiones que hacer en una sesión de
ejercicio.
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REFORZAMIENTO-POTENCIACIÓN MUSCULAR (strengthening)
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Flexores de muñeca: Codo a 90° con antebrazo en supinación, se coloca un
peso
en la mano que hay que levantar suavemente hasta flexión palmar máxima.
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Extensores de muñeca: Codo a 90°, antebrazo en pronación, se parte de flexión
palmar de muñeca y sosteniendo un peso se llega hasta flexión dorsal,
posición en la que mantenemos 1 seg.
Estos ejercicios son isotónicos y se deben pautar del siguiente modo:
3 series de 10 ejercicios en flexión y extensión. Descanso 5'. Otras 3 series.
Hielo, 15 a 20'. Una vez al día. |
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Ejercicios de desviación radial y cubital: Codo en 90°, apoyado en superficie
plana, con prono-supinación media, se coloca peso en mano y partiendo de
desviación cubital llegamos a desviación radial. Indicaremos 3 series de 10
ejercicios cada una. |
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Rotación de la muñeca: 1) Sentarse con el
codo recto y la muñeca descansando en la rodilla. 2) sujetar
unas pesas de 0'5 a 1 kilo. 3) Poco a poco girar el antebrazo
hasta que la palma de la mano esté mirando hacia abajo. 4) A
continuación, girar el antebrazo hasta la que palma de la mano
mire hacia arriba. |
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Ejercicios de empuñamiento (gripping): Se usa masilla o plastilina. Se empieza
con amasamiento de intensidad moderadas, estirando la masa durante 2-3 segundos y
repitiendo 15 veces. Aumentar la intensidad de «grip» con
flexión palmar y dorsal paulatinamente mayores. Durante un
período de semanas, aumentar gradualmente el número de series de
20 repeticiones que se hacen en una sesión de ejercicio.
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En líneas generales, la parte principal del programa de reeducación muscular en
el codo de tenis reside en la tensión y resistencia eficaces de los extensores
de muñeca.
El dolor constituye una buena guía para los trabajos de tensión, isometría y
pesas.
La progresión de los ejercicios y entrenamiento en el
paciente que ha pasado la
fase aguda de la epicondilitis pasa por las siguientes etapas:
1º Stretching de la musculatura epicondílea.
2° Alineamiento isométrico de extensión y desviación radial, manteniendo
cada
contracción durante 6 segundos.
3° Isotónicos de extensores de muñeca, también de flexores.
4° Entrenamiento progresivo con técnica de revés correcta peloteando contra
una pared por espacio de 5' al día; progresando hasta 15'.
5° Stretching después del ejercicio.
6° Crioterapia, 15'.
Más
ejercicios para la epicondilitis
3. Cirugía
Sólo indicada en casos resistentes a un tratamiento conservador bien orientado
durante 6 meses, en casos crónicos y recidivantes a las medidas profilácticas y terapéuticas.
INDICACIONES/CONTRAINDICACIONES
El dolor es la principal indicación para la cirugía de
la epicondilitis medial o lateral. Existen tres hechos que deben ser
considerados: el dolor es de una intensidad suficiente como para limitar
la función, interfiere con el trabajo o la actividad diaria y la
localización es clara, en el epicóndilo lateral o medial. Debe haberse
intentado un periodo suficiente de tratamiento ortopédico. Éste incluye
una modificación en la actividad durante al menos seis meses, cinchas
del antebrazo, fármacos antiinflamatorios y un programa de
rehabilitación de calidad. El fracaso de infiltraciones con cortisona no
debe considerarse como una indicación absoluta para ofertar la
intervención quirúrgica. A menudo, si se han utilizado las
infiltraciones y el paciente no ha mejorado o no se ha beneficiado de
ellas, entonces el paciente es candidato a tratamiento quirúrgico.
Las contraindicaciones para el tratamiento quirúrgico
incluyen un tratamiento ortopédico inadecuado y pacientes que hayan
demostrado una falta de cumplimiento de las recomendaciones,
particularmente las referentes a la modificación de la actividad diaria.
Los pacientes en baja laboral remunerada deben ser revisados en
numerosas ocasiones para asegurar que las indicaciones citadas han sido
cumplidas.
Se han descrito numerosas técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la
epicondilitis, derivadas, tal vez de la falta de conocimiento sobre etiología
y patogenia, así como los numerosos factores que condicionan su aparición.
Estos procederse quirúrgicos podemos englobarlos en 3
grupos:
Escisión de la lesión a nivel de la inserción tendinosa
-
Denervación del epicóndilo: Sección de ramos sensitivos
destinados al epicóndilo y Descompresión del nervio radial.
-
Relajación de la inserción tendinosa. Alargamiento
mediante Z-plastia del tendón del 2° radial permitiendo
alargamiento de 2 cms
Casi todas las técnicas descritas dan aproximadamente un 75 por 100 de
buenos resultados.
Las indicaciones terapéuticas relacionadas al momento evolutivo del cuadro
podemos verlas sistemáticamente en la tabla siguiente.
Más ejercicios para la
epicondilitis |
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Fortalecimiento General
Siéntese en una silla recta con respaldado y reposabrazos, con
los pies apoyados en el suelo.
Colocar las manos sobre los reposabrazos y sostenerse
con los brazos. Mantener la posición durante una cuenta
hasta
seis. Luego, lentamente bajar y sentarse en la silla y relajarse.
Repetir este ejercicio de fortalecimiento diez veces. |
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Flexión de codo - isométrico
Sentado con las manos debajo de una mesa mirando
hacia arriba.
Tratar de levantar las manos rectas hacia arriba. No sostener
la respiración. Mantener esta posición durante seis
segundos.
Repetir este ejercicio diez veces. |
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Flexiones de bíceps 1. Sentado inclinado hacia adelante con las piernas
ligeramente separadas y la mano izquierda sobre el muslo
izquierdo.
2. Coloque el codo derecho en el muslo derecho, y mantener
el peso con el antebrazo horizontal.
3. Poco a poco flexionar el peso hacia el pecho.
4. Repeitr este movimiento 20 veces.
5. cambiar de brazo, y hacer los pasos 1 la 4 |
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Supinación y pronación
en posición de pie, mantener un paño y hacer como si se
retorciera durante un período de seis segundos. Hacer una
pausa y repetir esto diez veces.
Cambiar la dirección en la que las manos escurrenr, y
repeir el ejercicio |
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